jueves, 9 de julio de 2009

Kara

Detrás de su máscara, mantenida por necesidad más que por ignorancia, crujen los dientes negros y podridos que mastican a paso lento nuestra cordura, locura el espejo, nosotros el reflejo roto...

Fanasías diurnas, frio nocturno, cerebros diluidos entre cada cierre del émbolo maldito, aferrandose a cualquier fantasía, pasando por el ojo de viejas agujas. Y así evitando la realidad, solo mirando a los ojos la máscara de ojos muertos, tan bien dibujados.