jueves, 22 de enero de 2009

11:34 a.m.

El infierno cuando el tiempo esta al revés y la espera se termina para encontrar que fue perdida.

(Si aún no comprende, mire el reloj al revés)

A una desconocida escondida

Tan falso como el rojo que de tu cabello se desprende,
manchando la piel a la cual se ase.
Tan adrede como el arrebol pintado bajo tus ojos,
a ambos lados de la nariz,
ligeramente sobre el nivel de la boca,
que disfraza con sonrojo falso, de marca registrada, tu semblante.
Y el color trascendente que quiere surgir,
es como la flor que lucha por abrirse camino a través de una vía asfaltada.
Tan invisible como la sonrisa que ocultas pintándole otra sobre los mismos labios, sobrescribiéndola.
Tan falsa la máscara que con un grito silencia un canto.
Tan veraz la mirada que involuntariamente lanzas sin saber esconder.

domingo, 18 de enero de 2009

Calendario

Vi uno que eran dos, recordando cuanto estuve,
vi dos que eran cinco, presintiendo mi recelo,
vi tres que eran cinco aún, insistiendome en tus labios,
vi cuatro que eran cuatro, resuelto e inconcluso,
hasta que por fin mi conciencia se rindió.
Vi las hojas del calendario aglutinadas en el rio que formaban los dias sin ti sobre el escritorio, cayendo dia tras dia con el eterno otoño del calendario, conserve tu hoja, y las hojas que siguieron, secuencia de una muerte lenta, de la caida no finita de los dias que se van y no regresan, y el otoño que predice un invierno frio en este corazón sin vos. Corazón sin voz por vos.

Lecho celeste

El suelo resquebrajado en el cielo críptico, indescrifrable, que oculta su misterio de mirada lunar tan solo haciendo que las mentes de la mayoria pierdan curiosidad, pero no fui de la mayoria, supe mirarte a los ojos mientras desquiciadamente pintabas tus colores en las nubes haciendo un desastre en el cielo, manchaste los arreboles con la belleza de no estar, ocultandolos con tu resquebrajado lecho de rio seco. Tu fuiste, y te vi, luna llena fugitiva, que huiste de la noche para hacerte de dia y pintar el cielo con las nubes mas sublimes que vi.

Wellcome back

Wellcome back to hell. Bienvenido de nuevo a este roto en la imaginación, a este oscuro manojo de letras. El infierno de pensar.

Estuve pensando sobre un asunto que hace rato ni me distraía. El asunto de la religión. Todo comenzo con una frase inocente, "tu eres dueño de tu cuerpo y por lo tanto libre de hacer lo que quieras" entonces en mi absurda manera de pensar, intenté desvirtuar mi planteamiento pensando como lo haría un fanático religioso. Me pregunté: ¿Y si no fueramos dueños de nuestro cuerpo? Entonces el dueño sería dios. Bien, procedí a eliminar rutinariamente la pregunta llevando al límite del absurdo la idea. No cedió. De alguna forma me pareció bastante lógico que no fueramos dueños de nuestra consciencia. Nuestra existencia era obra nada más y nada menos que de la aleatoriedad del universo, de hechos inconexos, impredecibles, increiblemente numerosos y sutiles; o sea dios, el generador de numeros aleatorios de la creación.

Así que aparentemente no somos dueños de nuestra vida... que motivante.