jueves, 22 de enero de 2009

A una desconocida escondida

Tan falso como el rojo que de tu cabello se desprende,
manchando la piel a la cual se ase.
Tan adrede como el arrebol pintado bajo tus ojos,
a ambos lados de la nariz,
ligeramente sobre el nivel de la boca,
que disfraza con sonrojo falso, de marca registrada, tu semblante.
Y el color trascendente que quiere surgir,
es como la flor que lucha por abrirse camino a través de una vía asfaltada.
Tan invisible como la sonrisa que ocultas pintándole otra sobre los mismos labios, sobrescribiéndola.
Tan falsa la máscara que con un grito silencia un canto.
Tan veraz la mirada que involuntariamente lanzas sin saber esconder.

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