martes, 25 de noviembre de 2008
Conservación de las sombras.
La sombra de mi mano que se refleja en la hoja y se va agudizando a medida que pasa a ser la sombra del lapicero, termina ofreciendo el máximo contacto, por ende la máxima sombra producido entre el fin y el medio, letra y papel; y deja un rastro de sombra nombrada por casualidad tinta, que describe tus ojos con extraordinaria fidelidad desde el retrato de mi memoria.
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