martes, 11 de noviembre de 2008

Invisible

Hay días en que decido volverme invisible. No se hace necesario ocultarme, son los ojos ajenos los que se esconden de mí, es así como yo me hago indetectable.
Soy la presencia paranoica de las noches de terror, que no se puede ver pero que sentimos respirar siempre en la espalda.
Soy el que se oculta en el rabillo del ojo, me oculto tras un lapicero, me oculto en un arrebol y voy saltando de nube en nube y acompañando al atardecer en su recorrido circunvalar.
Me ocultas sin yo quererlo, niegas la existencia de aquello que no quieres ver. Me ocultas tras tus parpados.

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