martes, 9 de septiembre de 2008

Arrebol de sol y de luna

Un rosado salió por un instante detrás del tono rojizo del estertor diario del sol, un rayo moribundo deflectado por la oblicuidad del aire. Una nube invisible que se hizo con esfuerzo en instantes para suplir la necesidad de un lienzo para las últimas gotas de sol del día. Arrebol instantáneo que se pinto en tu rostro, lienzo celeste, bajo la luz del sol.

Entre dos nubes que se abren solo para dejar pasar la luz de la luna coronada por un arco iris que la rodeaba con delicadeza, no era la luna prisionera, parecía que el halo que había era víctima de aquella luz, imponente y de un tamaño impropio, arrebol azul de luna.

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