domingo, 7 de septiembre de 2008

Atado

Sumido en las cadenas innecesarias de mi propio destino, lucho por huir de él, y con cada tirón a ésta implacable atadura, me inclino más y más hacia el inevitable desenlace.
Torbellino abrumador de eventos, que enceguecen mi conciencia, mis ojos ven sin comprender la realidad, mis sentidos escuchan lo que mi limitada conciencia nunca podría ver.
Ondulante transcurrir, impredecible periodicidad, inconstante alegría de no tener nada constante en mi vida, siempre te he soñado, y entre reflejos de mis humores te veo constante, pero lejana, te veo en tu pedestal, en el que yo mismo te he ayudado a permanecer, siempre lejana, intento descontrolado de control que le apetece a mi cuerpo. Eres la pelota en el agua que con las olas de mi mirada te alejas. Eres todo lo que siempre quise de tí, eres lo que me falta a mi para ser yo, eres tú, el reflejo de mis temores, eres perfecta, porque yo te creé a imagen y semejanza de mis deseos. Nunca te dejaré llegar hasta que no te deje salir de mis sueños.
Es que en mi vida lo único constante es la inconstancia. Me gustaría hablar de la felicidad, pero no recuerdo como se siente, tanto tiempo ha estado helado mi duro corazón que ya se acostumbro a que las púas de ese hielo lo atravesaran sin más.

03/07/2008

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