sábado, 6 de septiembre de 2008

Gato Imaginario

Cuando el gato llega a recibir una caricia de alguien es cuando el quiere, puede acostumbrarse mucho a eso, pero el sabe que cuando quiera se va y de hecho se va cuando quiere, su vida es libre, la no dependencia. Tomo el gato por entre sus patas y lo siento en mi regazo, y el comienza su rutina para echarse, hinca las uñas que acaba de sacar en la superficie de mi pantalón, comienza a girar sobre mi, da tres vueltas cada vez mas confiado de que ahí será el lugar donde se echara, a la tercera vuelta, no necesita ya conocer mas el sitio de su descanso. El se echa plácidamente. Y yo comienzo a acariciarlo. Ver dormir a un gato es lo mas maravilloso que hay, cada uno de sus músculos esta en completa relajación, todo su cuerpo descansa totalmente relajado, no hay movimiento aparente en el, salvo su cada vez mas lenta respiración. Le comienzo a acariciar la parte posterior de la cabeza. Todo en el es armonía. Descubro que la punta de su cola se comienza a mover, se mueve juguetonamente, es un movimiento al parecer inconsciente. La cola larga que le proporciona equilibrio. El cuerpo esconde perfectamente sus patas traseras sobre las cuales ahora descansa, su abdomen escondido bajo el pelaje, con la mirada llego al punto donde sus huesos resaltan, son los omóplatos, y sus patas delantera convenientemente juntas para soportar el peso de su cuerpo. Las orejas sensibles que ante cualquier mínimo sonido se mueven para enfocarlo mejor, descubro ahora con mis manos el punto de mayor sensibilidad de sus orejas, es en la base de ellas, ronronea suavemente, era lo que quería escuchar, sonido delicioso que es casi una sinfonía para mi ahora. Su pelaje azul es en la cabeza mas corto, es de hecho muy corto, descubro sus cejas escondidas detrás de la piel, son bultitos del cráneo, sus ojos que me miran esos ojos de un color desconocido, me miran con la curiosidad que mira un niño una curiosidad a la que no me logro habituar, una curiosidad que no es normal ver en la vida común, su nariz siempre fría, de sus lados salen largos bigotes que le proporcionan sensibilidad extra, le acaricio la cara, y ella complementa la caricia acercado cada vez mas la cara. Se le escucha ronronear con todas las ganas, su boquita siempre parece estar sonriendo, le toco la pequeña barbilla y no se si esta sonriendo de placer o esa es su cara. Finalmente la caricia termina cuando se aburre, y al saber que no encontrara en mí más que lo que ya encontró, sencillamente, se levanta de un respingo, con una movida casi anticipada y se va corriendo al tejado.

Julio 24/2008

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