miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tormentosa locura

En medio de mi locura, cual tormenta. Mar embravecido, lluvia implacable, y yo siguiendo mi ballena blanca, siguiéndola hasta los límites de lo imposible, que van un poco más lejos que los limites de lo posible, siempre en la proa de mi barco, que sin velamen, se estrella violentamente contra las olas que lo toman de costado.

Un muelle abandonado. Partieron los viajeros navegando en una gota de sudor, aunque siempre existen los barcos viajeros que pueden llegar y soltar amarras allí. Y otros muchos barcos que están perdidos en altamar buscando ese muelle.

Ni el muelle prende el faro para disipar un poco la oscuridad de la tormenta, ni el barco quiere abandonar su persecución de la ballena blanca, para atracar en puerto tranquilo.

Navegar nuevamente en dos olas de satín, olas filosas que se proyectan inocentes.

1 comentario:

--Tezna-- dijo...

A veces los navegantes de mis pensamiento alzan sus velas en las gotas saladas que mis ojos producen al pensarlos.
Sencillamente... Brutal!